En el malecón del río Moscú, frente al Kremlin, se alza un gran edificio. Se trata de un símbolo de la época soviética, de un país que ya no existe. Es conocido como “La casa del malecón”, a causa de un libro homónimo. En el edificio ahora hay un museo que cuenta su trágica historia.
El edificio fue construido en 1931 para los dirigentes de la Unión Soviética y sus familias. Era un edificio muy moderno que contaba entre sus servicios con cine, lavandería, hospital, correo, guardería y biblioteca. En las viviendas había luz, gas y agua 24 horas al día, que eran artículos de lujo en aquella época. Los techos de los pisos fueron pintados por los artistas del Hermitage. En el enorme patio había fuentes y una gran cantidad de flores. “La casa del malecón” ocupa tres hectáreas y en su momento fue la casa más grande de Europa. En otoño de 1931 los primeros habitantes que recibieron la vivienda gratuitamente se trasladaron al edificio y se dispusieron a vivir en una especie de paraíso terrenal.
Tatiana Krivosheina tiene 81 años. Su familia se trasladó a “La casa del malecón” en 1931. “Al principio de los 30 la gente era muy feliz, todos estaban sonriendo, los niños montaban escándalo en los patios, sonaba la música de los gramófonos y la gente creía en la felicidad. Nosotros, los niños, no éramos conscientes de que vivíamos en el edificio de la élite de la Unión Soviética, en aquella época esta palabra no existía. Había muchos niños paseando con sus madres o niñeras”.
“Teníamos un piso amueblado de 150 metros cuadrados. Los muebles los construyó el mismo arquitecto que proyectó todo el edificio. El mobiliario pertenecía al Estado, todos los objetos estaban numerados y nos los entregaban siguiendo una lista especial. Los pisos eran enormes, pero las cocinas muy pequeñas. Porque según la ideología soviética, la gente no debía perder el tiempo cocinando, debía gastarlo luchando por la revolución. Nos traían la comida de los comedores del Kremlin”.
Pero este oasis de privilegios tampoco se libró del lado oscuro de la dictadura de Stalin: en cada escalera había un conserje que guardaba las llaves de todos los pisos y vigilaba los movimientos de los vecinos. Cualquier entrada o salida de personas y bienes era registrada. Por ejemplo, algo tan trivial como regalar un trozo de pastel a un familiar debía ir acompañado de su notificación escrita y del sello correspondiente. El control por parte del NKVD (precedente del KGB) era tal que se dice que los finos tabiques del edificio fueron construidos intencionadamente, para permitir realizar escuchas con los rudimentarios métodos de la época.
Durante las represiones de Stalin de los años 30, muchos habitantes de “La casa del malecón” fueron declarados “enemigos del pueblo”. Más de 700 habitantes del edificio fueron víctimas de la represión de Stalin. El NKVD detuvo primero a los padres de las familias. La causa siempre era la misma: la actividad contrarrevolucionaria. Después detuvieron a las mujeres por no entender que sus esposos eran los “enemigos del pueblo”. Los niños fueron enviados a orfanatos y nuevos habitantes se trasladaron a su piso para tener el mismo destino.
“En la tercera planta vivía Tujachévski con su esposa y su hija, Svetlana. Primero detuvieron al padre, después desapareció la madre y mandaron a Svetlana a un orfanato. Cambiaron los nombres y apellidos de los niños pequeños para que sus padres nunca pudieran encontrarlos después de salir de la cárcel. En la segunda planta vivía Proskúrov, que fue fusilado a principios de los 30. A nuestro vecino del séptimo lo fusilaron en 1938”.
“Llegaban cada noche. Mi madre me contó que cada noche tenía miedo de echarse a dormir y permanecía escuchando si llegaba alguien. Cada día salíamos de nuestro piso y encontrábamos un piso precintado. Las familias desaparecían en una noche.”
La mayoría de la gente que sobrevivió a las represiones de Stalin nunca se acercó a “La casa del malecón”. Mucha gente todavía prefiere no acercarse. Ahora en el edificio viven 1.500 personas, 80 de las cuales tienen más que 80 años.
Historia de la Unión Soviética, historia del edificio y de sus habitantes en el Museo de “La casa del malecón”.
Dirección: Calle Serafimovicha 2
Horario: martes-sábado 13:00-21:00